Editorial
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El cuarto número de Contrapulso llega con la buena noticia de que, en su segundo año de existencia, la revista ya ha sido indexada por Latindex –Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal. Esto representa un gran honor y desafío para el equipo editorial, para sus autores y autoras, y para los árbitros que colaboran con la revista. El desafío es mantener el nivel que hemos logrado y elevarlo hacia nuevas indexaciones.
Sin embargo este número también ha recibido las duras consecuencias de la pandemia que azota al mundo, y no hemos podido publicar todos los artículos que hubiéramos querido, aunque hemos hecho un esfuerzo para mantener nuestra periodicidad y el cuarto número ha sido publicado a tiempo. Lo que también hemos logrado es aumentar la presencia femenina en esta edición, subiendo de tres autoras en el número anterior a cinco en este, considerando artículos, reseñas y libros reseñados.
Los números de comienzo de año de Contrapulso son de temática libre dentro del marco de estudios en música popular en América Latina y el Caribe que rige la revista. Los números de mediados de año, en cambio, se centran en torno a un dossier que, en el caso del próximo, convoca artículos sobre voces y vocalidades en música popular, según la siguiente llamada:
https://contrapulso.uahurtado.cl/index.php/cp/announcement/view/4
Es así como este número transita de manera amplia en el tiempo y el espacio, con artículos que abarcan desde México hasta Chile y desde 1920 a 2019, incluyendo además referencias al mundo precolombino que persisten en músicas actuales. El primer artículo, del investigador peruano Rodrigo Sarmiento, aborda la influencia de los paradigmas de modernidad impuestos por Estados Unidos en América Latina desde la primera postguerra, con el impacto de nuevas formas de entretención que cautivaron con rapidez los cuerpos e imaginarios de los habitantes de la región. El artículo revisa la forma en que los paradigmas estéticos estadounidenses asociados al estilo del Tin Pan Alley fueron incorporados en América Latina a canciones cuyas letras se adscribían al modernismo literario imperante en hispanoamérica, generando una particular mezcla de influencias.
Los dos artículos siguientes, de las investigadoras argentinas Natalia Díaz y Gimena Pacheco, abordan transformaciones en dos prácticas sociales y escénicas que habían sido cristalizadas por el folklore: la zamba en el caso de la primera autora y el malambo en el caso de la segunda. El artículo de Natalia Díaz establece con claridad la dicotomía entre las perspectivas “académico-tradicional” y “expresivo-vivencial” que gobiernan la práctica de danzas tradicionales en la Argentina actual. La perspectiva “expresivo-vivencial” postula una nueva práctica que posibilita nuevas narrativas en torno a la construcción de una identidad nacional, junto a la visibilización de otros cuerpos e imaginarios de género capaces de encarnarla. Es así como, desde la danza, pasamos del folklore a la música popular, instalándose discursos sociales que hacen eco de otros conocimientos, memorias y sentidos de identidad. Esto ha permitido romper con la homogeneización cultural, la neutralidad étnica y la heterosexualidad estática que el modo “académico-tradicional” impuso a las danzas folklóricas argentinas.
Del mismo modo, el artículo de Gimena Pacheco cuestiona la hegemonía de la concepción danzaria del malambo que ha imperado desde las perspectivas tradicionalistas, postulando dimensiones sonoras, musicales y narrativas que también están presentes en su práctica en la actualidad. La utilización de células rítmicas en el zapateo del malambo, sus métodos de transmisión y aprendizaje, y las formas de interpretar y llevar al escenario sucesos históricos, le permiten a la autora destacar la condición del malambo como articulador de memorias colectivas e individuales significativas.
Los dos artículos siguientes son de autores chilenos, el primero, de Luciano Oyarzún, sobre el imaginario asociado a la quena en la música popular chilena, y el segundo, de Aníbal Fuentealba, sobre el uso de canciones en las movilizaciones sociales de fines de 2019 en Chile, artículo motivado por el dossier del número anterior vinculado a este tema. Luciano Oyarzún revisa el proceso de la llegada de un instrumento de orígen precolombino, como es la quena, a la Nueva Canción Chilena, NCCh, permitiendo la representación de una amplia gama de subalternidades cohesionadas y anexadas a un proyecto social popular. El autor revisa el modo en que el sonido de este instrumento ha activado dos tipos de imaginarios; uno asociado a la lucha y otro a la cultura ancestral. Esto lo hace a partir de relatos de agentes no canónicos de la música popular chilena, que son puestos a dialogar con ejemplos canónicos de la NCCh.
Finalmente, Aníbal Fuentelba reflexiona desde la sociología de la cultura sobre las articulaciones entre canción popular y movimientos sociales. Aborda “El derecho de vivir en paz” (1971), de Víctor Jara, y “El baile de los que sobran” (1986), de Los Prisioneros, indagando la manera en que estas canciones se han vinculado con la acción colectiva, considerando el contexto histórico–cultural en que surgieron y el modo en que fueron usadas durante el estallido social chileno de 2019. Esto le permite destacar el papel de la música en el estudio de los movimientos sociales, desarrollando un análisis que considera la doble dimensión individual y colectiva de la experiencia musical. De este modo, el autor postula que la música no sólo “refleja” o “acompaña” lo social, sino que también tiene la capacidad de producirlo.
Este número culmina con cuatro reseñas críticas de libros de reciente aparición en la región. La primera de ellas, de Luis Pérez Valero, es sobre un volumen colectivo que indaga en el desarrollo de la cumbia en distintos países de América Latina, escrito por autores de los propios países abordados y que aportan diferentes enfoques de estudio. La segunda, de Néstor Dueñas-Torres, es sobre el músico colombiano Luis A. Calvo (1882-1945) y su tiempo, respondiendo al giro biográfico que ha dado en este último tiempo la historiografía. La tercera reseña, de María Jesús Silva, aborda una publicación en línea de descarga gratuita sobre el uso pedagógico de cancioneros populares chilenos de comienzos del siglo XX; y la cuarta, de Javier Paredes, se refiere a un libro sobre el punk en Chile y su práctica del “hazlo tu mismo”, libro con abundantes ejemplos musicales que se acceden a través de códigos QR desde el celular. Estos dos últimos casos son buenos ejemplos del modo en que la tecnología contribuye a democratizar el acceso a la bibliografía musical latinoamericana. El contenido de Contrapulso 3/1, 1/2021 es el siguiente:
Artículos
Rodrigo Sarmiento. “El ruiseñor y el plebeyo: Estados Unidos y la canción popular en México y Perú durante la década de 1920” (4-21)
Natalia Díaz. “‘Lo social en movimiento’: La corriente ‘expresivo-vivencial’ en las danzas populares argentinas” (22-35)
Gimena Pacheco. “Malambo: ¿sólo una danza? Articulaciones de sentido entre música, memoria e identidad(es)” (36-48)
Luciano Oyarzún. “La quena en la música popular chilena: trayectoria y desarrollo de un instrumento imaginado” (49-65)
Aníbal Fuentealba. “‘Me sentí como si fuera invencible, como si fuéramos invencibles’. Música y acción colectiva en las movilizaciones chilenas de octubre de 2019” (66-82)
Reseñas
Juan Diego Parra Valencia (compilador). 2019. El libro de la cumbia. Resonancias, transferencia y trasplantes de las cumbias latinoamericanas. Medellín: Instituto Tecnológico Metropolitano y Discos Fuentes, por Luis Pérez Valero (83-87)
Sergio Ospina Romero. 2017. Dolor que canta: La vida y la música de Luis A. Calvo en la sociedad colombiana. Bogotá: ICANH, por Néstor Dueñas-Torres (88-90)
Nathaly Calderón, Tomás Cornejo y Karen Salazar. 2019. Libro pedagógico cancioneros populares, investigación y patrimonio del archivo al aula. Santiago: Fondo de Publicaciones Educativas Eugenio González Rojas, por María Jesús Silva (91-94)
Jorge Canales. 2019. Punk chileno 1986-1996. 10 años de autogestión. Santiago: NoPatria Editorial & Editorial Camino, por Javier Paredes (95-99)