Editorial
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Dicen que publicar el segundo disco es más difícil que publicar el primero. El primer disco suele ser producto de un largo período en que la banda toca, experimenta, acumula experiencia y no tiene presiones de sellos ni contratos que cumplir. El segundo, en cambio, se produce usualmente dentro de un marco institucional proporcionado por la industria, que tiene sus propios tiempos y prioridades. Además, la banda debe mantener la atención pública y hacerse cargo del impacto que puede haber producido su debut. Esto es exactamente lo que hemos sentido en Contrapulso al enfrentar nuestro segundo número.
Con este número hemos entrado de lleno en el rodaje de publicar una revista en línea con estándares de indexación internacional, considerando el uso de la plataforma de la revista para envíos, revisiones y edición de manuscritos y la implemantación de doble referato ciego. El primer número del año –enero– es de temática libre dentro del marco de Contrapulso, y el segundo –agosto– está orientado a temas y problemas en particular, ya sea como número especial o como dossier.
El presente número de Contrapulso aparece en un momento en que Chile vive un despertar ciudadano sin precedentes en su historia. Una gran mayoría de la población demanda cambios sustanciales en educación, salud, previsión, medioambiente, a lo que se suma la protección de los derechos humanos, violentados nuevamente en el país. En este escenario de explosión social sostenida en el tiempo, la producción simbólica, incluida la música, ha desempeñado un papel importante en movilizar, aglutinar, denunciar, reflexionar y también pacificar.
Como este número fue convocado con anterioridad al 18/10 –inicio de la explosión social con la masiva evasión escolar en el Metro de Santiago– y es el primero del año, es de temática libre, pero convocaremos el próximo en sintonía con un momento que se replica en el continente, proponiendo un dossier que se haga cargo de problemas de la música y los movimientos sociales en América Latina y El Caribe.
Esta nueva edición de Contrapulso, tiene una mayor presencia de artículos vinculados a música popular en Chile, que aparece en el estudio de escenas translocales del vals criollo limeño, la construcción mediática de la imagen del músico indie en Santiago, y el quiebre de la dicotomía cuerpo/intelecto en las canciones de Los Prisioneros. Al mismo tiempo, esta edición ofrece dos estudios sobre escenas mainstream del pop-rock internacional y de la música latina, aportando desde una mirada local fenómenos de impacto mundial que principalmente son tratados desde la propia academia anglo.
A partir de este primer número del segundo volumen (2/1), incluimos reseñas críticas de libros sobre música popular en América Latina y el Caribe escritos en español, portugués o inglés, editados hasta dos años antes del envío de la reseña y asequibles en línea. En el sitio de la revista están las normas para enviar reseñas, que creemos de la mayor importancia en el entendido que permiten tejer redes en los estudios en música popular latinoamericana y reflexionar críticamente sobre lo que estamos produciendo. El índice de Contrapulso 2/1, 1/2020 es el siguiente:
Daniel Party y Andrés Kalawsky “Escenas contra la soledad: el diálogo en los duetos pop” (3)
Marina Arias “¿Los españoles pueden también ser latinos? La identidad española en la música popular latina actual: el caso de C. Tangana” (20)
Fred Rohner y Mónica Contreras “La musica criolla peruana underground: entre la localidad y la translocalidad” (35)
Rodrigo Arrey “Los Prisioneros: entre la new wave y la Nueva Ola” (49)
Arturo Figueroa “La construcción mediática del músico y su politización por la prensa especializada: el caso de los músicos indies en Chile (2014-2018)” (64)
Reseñas:
Guerrero, C. y A. Vuskovic. 2018. La música del Nuevo Cine Chileno, por Pablo Maldonado (83)
González, J.P. 2017. Des/encuentros en la música popular chilena. 1970-1990, por David Ponce (88)